De doña Zaida a doña Zoila

La ley 1951, promulgada el 7 de marzo del 1949, creó la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía en época de Trujillo. Todos sabemos o nos imaginamos su intención, pero es un principio filosófico que no hay nada absolutamente malo, que no tenga algo bueno. Este principio es válido en sentido contrario.

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Lunes, 10 Junio 2019

La ley 1951, promulgada el 7 de marzo del 1949, creó la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía en época de Trujillo. Todos sabemos o nos imaginamos su intención, pero es un principio filosófico que no hay nada absolutamente malo, que no tenga algo bueno. Este principio es válido en sentido contrario.

Esa ley se mantuvo sin reglamento de aplicación hasta el veinticinco del mes de marzo del año mil novecientos setentiuno, cuando el presidente Joaquín Balaguer Ricardo, emite el reglamento para el funcionamiento de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía que se enumera como el 824.

Desde 1966 tuvo directores, yo recuerdo siendo un niño las comparecencias públicas a programas como el Show del Medio Día, de Don Homero León Díaz Director 1973-1978.

Ahora, a quien recuerdo y toda mi generación no olvida, es a Doña Zaida Ginebra Vda. Lovatón.  Esta ocupo la Dirección de dicha institución en el periodo, 1978-1985, o sea se mantuvo ahí, ocho años.

Johnny Ventura y muchos otros se encargaron de perpetuar su nombre en canciones, porque recibieron su pócima de rigurosidad y su filtro de moralidad.

La ley seca de Johnny, fue escrito en protesta para doña Zaida, por prohibirle el merengue que decía: “Que se acabe el arroz, la leche y la gasolina, pero el ron que no se acabe, porque esa es mi medicina”, Fernando, Blas Duran y otros muchos llevaron también lo suyo.

He hablado más de la cuenta de doña Zaida, ya que no era mi intención ahondar tanto, sino traerla a colación para destacar que de vez en cuando esta tierra da a luz una ser, hombre o mujer, (digo ahora), de una reciedumbre que hace historia.

Cuando veo a doña Zoila Martínez, me recuerdo de doña Zaida Ginebra, ambas como figuras públicas,  aquella fue la Directora de La Comisión que ya he indicado, esta, de una institución que no existía en República Dominicana, que nació desde el 2001, pero que no se materializo con el nombramiento de su titular, adjuntos y suplentes , sino doce años después, y para eso tuvo que modificarse la ley en el 2009 y asumirla la Constitución en el 2010, y aun así, tuvo que esperar otros tres años después que lo asumiera La carta Magna.

La Comisión de Espectáculo Publico y Radiofonía, fue una entelequia, hasta que, en el 1978, la asumió doña Zaida Ginebra, El Defensor del pueblo muy probablemente no habría tenido la estructura que tiene hoy, si no caía bajo la dirección de una mujer como doña Zoila, persona de una gran experiencia y de una gran magistratura moral, quien ha dicho en numerosas oportunidades que recibió una resolución sin local y sin institución. Tuvo que crearla partiendo como ella también dice 20 grados bajo cero.

Siempre he creído que doña Zoila es una mujer de duro carácter, que le pela el plátano a cualquiera, que va de frente, que no teme a enfrentar a nadie, demostrado está en su lucha con grandes poderosos, por lo que es del pueblo y en las exigencias que a diario le hace al personal del Defensor del Pueblo, a fin de sacarle lo máximo para beneficio del amo del escenario como suele decir, que es el Pueblo.

Muy probablemente, doña Zaida (tuvo) como tiene doña Zoila muchísimos defectos, sobre todo su carácter (ríspido a veces como ella reconoce), que estoy seguro que ha hecho a más de uno apretar sus dos manos mientras miran su cuello, pero su honestidad, su sinceridad, su respeto por lo que debe ser, su ejecutoria, su disposición, su humanidad, su desprendimiento y otros muchos, hacen inclinar ventajosamente la balanza.

Quizás no deba decirlo, pero esa dama rígida, llora y sufre mucho, pero se repone, se dobla, pero como el junco verde no se quiebra, ejemplos tengo demás para afirmar lo que acabo de decir.

Hace cinco años me animó para que realizara una especialidad en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, yo no estaba en eso ya, pero un día sonó mi teléfono y ella me recargo con su arenga las pilas, por lo que, en la sección de agradecimientos de mi tesis, no podían faltar palabra para ella, allí expreso: “A Doña Zoila Martínez Guante, mujer de hierro con alma de nube de algodón y ojos de lluvia oportuna, Ella sabe que este agradecimiento sale de mi alma”.

Hoy como hace varios años ya, me mueve a reconocerle el hecho de que a los buenos hay que incentivarlos, mediante el reconocimiento de lo que hacen, ya que los malos tienen quienes los aplaudan en demasía y por eso hacen más bulla

Hoy decimos cuando vemos tanta vulgaridad e indecencia en los medios de comunicación ¡Cuanta falta hace doña Zaida! La doctora Martínez Guante ha anunciado públicamente por razones que ella considera válidas y necesarias, que no desea volverse a presentar para hacer valer el derecho que lo otorga la ley y la Constitución para un período más. Es su derecho y hay que respetarlo. Espero que mañana cuando ya no la tengamos reclamando y resolviendo, no tengamos la necesidad de exclamar ¡Caray…, Cuanta falta hace doña Zoila…!

Hasta la próxima.

Por Darío Nin

Fuente: https://elnuevodiario.com.do

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